Mientras me dice que este es el fin, que debo irme, una galletita de agua se le deshace en la boca. La mastica lento y no me mira.
Una humedad contenida de rabia y angustia no me deja ver cómo unta la tostada y sorbe, parsimoniosamente, el mate cocido.
Cucarachas invaden la cocina.
lunes, 23 de noviembre de 2009
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Muy lindo y tierno! me imaginé todo así, como lo decís...
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