¿viste?
Y pensabas que yo estaba ciego.
(Lo supe siempre).
La realidad me narró tu vida con una mueca grotesca.
Por tu vana presunción cambiaste
la fe potente del niño.
Estamos invitados
al banquete del Tiempo.
Tus ojos me observan desde la fuente en el centro.
Te sirven.
Las servilletas son impecablemente blancas,
como me gusta.
..
miércoles, 13 de mayo de 2009
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